El 8 de marzo de 2018 pasará a la historia como el día en que el feminismo dejó de ser el malo de la película para convertirse en una fuerza social más que notable, que se mostró en bruto representada en las calles de toda España. La huelga general convocada fue seguida por un amplio sector de mujeres a las que les compensaba mucho no asistir a su puesto de trabajo ese día porque sin la mitad del mundo, este se para y nunca está de más recordarlo.
Todas las mujeres, conservadoras y progresistas, altas y bajas, niñas y mayores, profesionales de todo tipo, decidieron, animadas por distintas olas surgidas meses atrás como el #metoo o la indignación popular hacia la violencia de género, unirse con cacharros, pitos y pancartas para decir 'basta ya'. Y en concreto en Las Palmas de Gran Canaria se hizo notar de manera apabullante. Quizá por la estrechez de nuestra calle Triana, pero la marabunta de gente que acudió, disfrutó de la unidad y la energía de ese encuentro y vivió como climax a la jornada un empoderamiento popular en Santa Ana que animó a las miles de mujeres que allí estaban a confiar en que podemos cambiar las cosas para conseguir esa anhelada igualdad real. Porque como dice G.D. Anderson, 'El feminismo no intenta hacer fuertes a las mujeres, las mujeres ya son fuertes. Va de cambiar el modo en el que el mundo percibe la fuerza'.
Y ese día, un grupo de profesionales del periodismo, de radios, periódicos y televisiones, decidió hacer piña para asistir a la manifestación unidas por el movimiento Las Periodistas Paramos y, lo que es más importante, para comenzar a crear algo que supusiera un verdadero punto de inflexión en la profesión de la comunicación. En las semanas posteriores se fueron uniendo más y más mujeres comunicadoras, con la firme intención de formar parte de algo grande. Casi un centenar de mujeres de la comunicación de Canarias se inscriben en esta asociación para trabajar por la igualdad, para denunciar el machismo y para aportar las visiones de la otra mitad, en ocasiones más de la mitad, que tenemos de la profesión periodística. Y sobre todo para convertirnos en un mecanismo efectivo de presión que, animado por las decisiones democráticas, logre generar un verdadero cambio en pro de la igualdad entre mujeres y hombres.
Según el Monitoreo Global de Medios, las mujeres son consultadas mayormente como opinión popular (40%) y no llega al 10% los casos en los que las mujeres son entrevistadas como expertas en las distintas materias. Y no será porque no haya catedráticas en las universidades, desde luego. Esta es una tendencia que está cambiando y que tiene el apoyo de muchos hombres, que actualmente se niegan a acudir a tertulias o encuentros en los que no existe presencia femenina.
¿Dónde están las jefas? A pesar de que la profesión periodística y de la comunicación está llena de mujeres, los puestos de dirección siguen copados en su gran mayoría por hombres. Además, una de cada dos periodistas ha sufrido acoso en algún momento de su carrera profesional. Lo dice la encuesta publicada por la Federación Internacional de Periodistas que cifra en nada menos que una de cada dos, las que han sufrido acoso sexual, maltrato psicológico, 'troleo online' u otro tipo de forma de violencia mientras trabajaba.
La Asociación Canaria de Mujeres de la Comunicación aspira a lograr que el tratamiento informativo de la actualidad se haga desde la perspectiva de género y acabar con toda forma de discriminación hacia la mujer en su labor profesional de comunicadora. Combatir el paro femenino en nuestra profesión, que alcanza el 68%, visibilizar y poner en laza el trabajo de las mujeres, contribuir a crear una cultura de equidad y a velar por la porfesionalidad en el tratamiento de las informaciones sobre las violencias machistas.
El pasado 21 de abril de 2018 nos constituimos como Asociación Canaria de Mujeres de la Comunicación en una asamblea celebrada en el local social de Guanarteme.
0 comentario(s)